La nueva generación de tecnología "wearable" no sólo ofrece a los usuarios una infinidad de posibilidades, como tomar la tensión o el pulso, sino que evita que los conductores se duerman al volante o los corredores se agoten, avisándoles de que están llegando al límite.
Pero algunos muestran sus reservas sobre la exactitud de los datos personales recopilados por una variedad de pulseras, relojes y ropa inteligentes y sobre cómo las empresas podrían utilizar esta información.
Esta tecnología "wearable" (que se lleva puesta) es un segmento en pleno auge en esta edición de Computex, la mayor feria de tecnología de Asia que se abrió el martes en Taiwán, enfocada en esta ocasión en la recopilación de datos de salud.
"Los sensores y datos de salud y de fitness son fundamentales para los 'wearables' y definen ampliamente este segmento", indicó Daniel Matte de la consultora Canalys.
Las ventas se triplicarán
La firma de análisis de mercado IDC predijo en abril que las ventas de objetos de tecnología "wearable" se triplicarían este año hasta los 19 millones de unidades en el mundo, y alcanzará los 111,9 millones en 2018.
La empresa taiwanesa AiQ mostraba en su stand de Computex esta semana a un maniquí con un maillot de ciclista de licra.
Unas fibras de acero inoxidable en la tela y unos electrodos incorporados en las mangas registran las pulsaciones y otras constantes vitales, al igual que las calorías quemadas, y manda los datos a un clip con tecnología inalámbrica bluetooth que puede transmitir la información a un teléfono, una tableta u otro aparato inteligente.
Para todo público
La tecnología llamará la atención a los deportistas, pero de momento la utilizarán los conductores de autobús de Taiwán, a los que las empresas harán llevar este año camisetas inteligentes para evitar accidentes.
"Tendremos unas camisetas que puedan monitorizar a los conductores en caso de que se duerman, o en caso de que cualquier señal vital indique que no se siente bien y avisará a la compañía de autobús", dijo el vicepresidente de AiQ, Steve Huang.
El dispositivo ya se probó durante un año en pacientes de un hospital dados de alta para vigilar su estado de salud y sus usuarios se mostraron satisfechos, añadió.
Pero los analistas y los consumidores mantienen reservas sobre si esta ropa inteligente realmente puede interpretar correctamente los datos de nuestros cuerpos.
"Los sensores actuales no son muy precisos, pero habrá mejoras", dijo Matte.
¿La privacidad?
Samsung también presentó la semana pasada una plataforma digital de tecnología de salud que usa sensores para monotorizar datos corporales como las pulsaciones o la presión arterial.
Y otro gigante del sector, Apple, también lanzó su aplicación "Health" esta semana.
La taiwanesa Acer presentó por su parte su primer "wearable" en Computex: una pulsera inteligente vinculada a un teléfono inteligente.
Pero mientras las firmas tecnológicas se suben al tren de la monitorización de la salud, crece la preocupación en torno a la gestión del enorme flujo de información gestionado por estos nuevos aparatos.
"Hay una oportunidad masiva de analizar y monitorizar grandes cantidades de datos que generarán las plataformas y los sensores de los 'wearable'. La privacidad siempre es una preocupación", dice Matte.
Las empresas también insisten en los beneficios potenciales del análisis para ayudarles a interpretar las informaciones y la posibilidad de ponerse en relaciones con expertos calificados.
"Igual colaboraremos con alguna (institución) médica como hospitales para mejorar este tipo de productos y hacer algo que realmente ayude a la gente, hemos hablado de esto en Sonostar", dijo Paula Luh en el stand de la firma taiwanesa.
Sonostrar presenta un nueva pulsera, el SmartFit, con un sensor y batería pensado para llevar todo el día, que registra desde los pasos dados hasta los padrones del sueño.
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