Según datos de la firma analista de retail GfK, quien ha preguntado a 1.000 personas sobre su percepción del mercado de las prendas inteligentes se desprende uno de los datos más interesantes de toda la investigación y es que un tercio de los encuestados han afirmado haberse deshecho de su dispositivo portátil a los seis meses de su obtención. Esto podría deberse a que muchos de estos terminales se los regalaron con la compra de un smartphone.
Algunas de las empresas que todavía sobreviven en este mercado lo hacen fabricando “wearables útiles”. Así lo ha confirmado Eric Micigovsky, presidente ejecutivo de Pebble, quien señala que sus clientes compran sus relojes para consultar las notificaciones y porque las esferas del smartwatch son intercambiables. Pero, con el tiempo, los consumidores se dan cuenta de todas las oportunidades que ofrece.
A pesar de todas las cosas que permite hacer un smartwatch, los relojes inteligentes apenas representan un 11 por ciento del mercado de los wearables, tal y como refleja la encuesta. El primer puesto, con un 39 por ciento, se lo llevan los terminales para la salud y el fitness. Otros dispositivos de muñeca, que siguen esta línea, representan el 26 por ciento del mercado de los wearables. Finalmente, equipos como la GoPro constituyen el 24 por ciento de este sector.
Al parecer, lo que inclina la balanza a favor de un terminal u otro es el precio. El 28 por ciento de los consumidores aseguraron haberse comprado una smartband para monitorizar su salud por el coste que tenía, ya que pensaron que era muy accesible.
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