Balones, botas, camisetas, raquetas, gafas para nadar... profesionales o amateurs, de domingo o de diario, los deportistas utilizan cada vez más la tecnología y aparatos electrónicos para medir su desempeño... y el del vecino.
"El deportes, y el deporte del gran público en particular, se ve especialmente afectado por este fenómeno porque una gran parte del mercado de los gadgets electrónicos está ligado a la salud, a la actividad física", afirma Arnaud Saurois.
Este maestro de conferencias asociado a la Universidad de Poitiers, especialista en gestión deportiva, ha inventariado centenares de aparatos que miden el rendimiento, hacen análisis e incluso fijan objetivos y apuntan posibles mejoras para el deportista o su entrenador.
Además del apoyo a los deportistas ocasionales, para lo que puede ser casi un juguete, los aparatos electrónicos aportan hoy en día, gracias al incremento de su precisión, un verdadero valor añadido a los deportistas de élite.
Así, una raqueta conectada a un ordenador la utilizan tanto los amateurs como los tenistas profesionales, que gestionan su entrenamiento gracias a los registros que captan los sensores instalados en en el mango.
Hoy día, los sensores que registran las actuaciones sirven para todo: en los remos, entre los omóplatos de los judocas, en el tobillo de los patinadores... Fue Brian Joubert uno de los primeros deportistas franceses de alto nivel que utilizó aparatos electrónicos para perfeccionar su técnica en el cuádruple salto.
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