El reloj de pulsera, que hasta la Primera Guerra Mundial fue un objeto casi exclusivamente femenino, floreció tras la contienda y languideció con la llegada del celular, busca reconquistar la muñeca de la mano de Apple.
El gigante tecnológico de Cupertino (California) presentó esta semana en sociedad su reloj inteligente de pulsera Apple Watch, que no sólo marca las horas, sino que permite hacer y recibir llamadas, leer mensajes de texto y correos electrónicos y comprobar el ritmo cardíaco, entre otras cosas.
Apple asegura que se trata del "dispositivo más personal” que diseñó hasta la fecha y promete que su "revolucionario reloj” ayudará nada menos que a "ahorrar tiempo”.
El Apple Watch no es el primer reloj inteligente del mercado, pero firmas de investigación como Forrester Research insisten en que la incursión del titán de Cupertino en ese segmento le otorga una legitimidad de la que carecía hasta ahora.
La competencia, mientras tanto, tomó buena nota del desembarco de Apple en una industria dominada por nombres míticos como Rolex, Cartier, Omega, Patek Philippe o Swatch.
Así, Swatch, el mayor fabricante de relojes del mundo, daba a conocer su plan para implantar microprocesadores programables en sus relojes que permitirán hacer pagos con un simple golpe de muñeca.
"Somos los campeones a la hora de integrar funciones inteligentes en el reloj”, afirmó en rueda de prensa el consejero delegado de Swatch, Nick Hayek, para quien la entrada de Apple en el sector es "una gran oportunidad para todos nosotros”.
"Están abriendo el mercado, sobre todo en Estados Unidos, donde la gente ya no usa relojes. Alguien está abriendo esa oportunidad. Dejen que Apple haga el trabajo. Está bien. Es bueno. Los felicito”, añadió Hayek.
A la conquista del mercado
Falta por ver si el nuevo producto de la empresa de Cupertino logrará que el reloj de pulsera vuelva a adueñarse de los millones de muñecas que lo habían dejado en el olvido.
Los primeros relojes de pulsera se fabricaron a principios del siglo XIX y nacieron gracias a los pilotos de aviación que solían atarse sus relojes de bolsillo a la pierna o la muñeca para poder calcular el rumbo, las distancias o el combustible restante.
Fue, con todo, un objeto eminentemente femenino hasta la Primera Guerra Mundial.
John E. Brozek recordaba, en un artículo publicado en enero del 2014 en la especializada Revista Internacional del Reloj, que antes de la primera contienda mundial el desdén de los hombres por el reloj era tal, que muchos aseguraban que preferían usar una falda antes que un reloj de pulsera, cuyos modelos eran mayoritariamente pequeños, pensados para la mano femenina.
Pero las cosas empezaron a cambiar con el paso del tiempo, y el uso del reloj de pulsera se generalizó entre la gente. (EFE)
Relojería y clase
Elegancia No fue hasta la Primera Guerra Mundial que el reloj de pulsera saltó de lleno a la muñeca masculina, al convertirse en aliado de los soldados que lucharon en el conflicto. Fue entonces cuando debutaron grandes firmas de relojería como Rolex, cuyo fundador, Hans Wildorf, convirtió la marca en sinónimo de precisión, calidad y estatus.
Precisión Años después llegarían los relojes resistentes al agua y las versiones digitales, que dan paso ahora a relojes inteligentes como el Apple Watch.
No hay comentarios:
Publicar un comentario