Manejar es una actividad que requiere toda nuestra atención y los fabricantes de automóviles lo saben. También saben que existen muchos motivos para apartar los ojos de la carretera. La distracción mientras se conduce es una de las principales causas de accidentes. Cuando una persona conduce sobria y prestando atención, el riesgo de accidente es de solo el 1 por ciento. Sin embargo, ese riesgo aumenta por el simple hecho de hablar tranquilamente con un pasajero, beber un refresco o comer algo mientras que uno está conduciendo. Incluso el sintonizar una emisora de radio puede aumentar el riesgo a casi el doble, o incluso ajustar encender la calefacción (2,3 por ciento).
De todos modos, las distracciones relacionadas con el celular son las peores, según un reciente estudio elaborado por el Instituto de Transporte Virginia Tech. La más peligrosa es marcar un número de teléfono, que aumenta el riesgo de accidente hasta el 12,2 por ciento. Enviar un mensaje de texto representa un riesgo del 6,1 por ciento. Otros comportamientos arriesgados al volante son interactuar con el celular (3,6 por ciento), navegar con el teléfono (2,7 por ciento) o hablar usando el celular (2,2 por ciento). El simple gesto de tratar de recoger el celular supone un riesgo del 4,8 por ciento. En general, escribir o leer cualquier cosa al volante conlleva un riesgo del 9,9 por ciento.
Compañías como Volkswagen, Toyota, General Motors o Nissan, entre otras están realizando pruebas con sistemas basados en inteligencia artificial que permiten monitorizar al conductor para averiguar si está distraído o demasiado cansado. Esos sistemas alertan al conductor cuando detectan alguna anomalía. Los analistas prevén que los primeros coches dotados de esas tecnologías empiecen a comercializarse a lo largo del próximo año. Uno de ellos es de la empresa Harman International, y consiste en un sistema que vigila los ojos del conductor para comprobar que está alerta y centrado en la carretera. El sistema incluye cámaras y una tecnología de seguimiento de los ojos y de las pilas. Un algoritmo de Harman se ocupa de analizar el reflejo de la pupila en tiempo real. Cuando el sistema detecta que los párpados del conductor parecen caídos (como si estuviera somnoliento) o que la vista lleva apartada demasiado tiempo fuera de la carretera, emite una alerta acústica o hace vibrar el cinturón de seguridad.
Eyeris dispone de otro sistema que los fabricantes de coches están evaluando. Incluye un software de reconocimiento de expresiones faciales que es capaz de detectar signos de cansancio, a partir de los ojos y el resto del rostro. También puede reconocer cuándo el conductor entrecierra los ojos o está furioso, por la forma que adoptan las cejas y la boca. Cuando se emite la señal o signo de distracción emocional que pueda afectar al conductor y que puede resultar fatal al volante el automóvil puede responder para avisarle.
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