Los niños con autismo tienen dificultad para reconocer caras, lo que hace que su interacción con otros pequeños de su edad y con la gente que les rodea, en general, sea deficiente, según elpaís.com.
Un nuevo experimento que se está llevando a cabo desde hace unos años en la Universidad de Medicina de Stanford (California), en EEUU puede remitir esta discapacidad. Varios expertos de esta universidad crearon un software de reconocimiento de caras para las Google Glass, gafas que cuentan con una pantalla incorporada, y que han probado ya con unos 100 niños con algún trastorno del espectro autista.
La finalidad de la investigación es tener una mejor comprensión de cómo el reconocimiento visual juega un papel muy importante en el proceso de detección de las emociones, según explican los investigadores.
Esta es la segunda fase del experimento. La primera comenzó hace algunos años, cuando los de Stanford recibieron financiación para el proyecto y 35 gafas donadas por Google.
Durante cuatro meses, explican los investigadores, los niños con sus familias acuden a sesiones de 20 minutos cada día, y se registra todo lo que el pequeño ve en este rato con las gafas.
“Después, padres e hijos revisan lo grabado juntos. Y los padres indican qué emociones sintieron en cada momento, eligiendo un color específico. El objetivo es que el niño con autismo aprenda a reconocer las caras y a interactuar con su entorno. Concretamente, el programa ayuda a los pequeños a diferenciar entre siete tipos distintos de expresiones faciales. Según los expertos, los resultados hasta ahora son esperanzadores. Los trastornos del espectro autista se manifiestan en los tres primeros años de vida de un niño. Los pequeños pierden el contacto visual, en ocasiones parece que no oyen y tienen rabietas.
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