En el artículo titulado “Viviendo en un ambiente inteligente”, escrito el año 2004 por los autores Cook y Youngblood, se menciona que en general, se puede definir un entorno inteligente como aquél capaz de adquirir y aplicar conocimientos acerca de sus habitantes y lo que les rodea con el fin de adaptarse a ellos y cumplir ciertos objetivos de confort y eficiencia. Dichos objetivos, en general, se encuentran orientados a adaptar las condiciones del entorno a las preferencias del usuario y a reducir el esfuerzo realizado por el usuario en la realización de sus tareas cotidianas. Para alcanzar estos objetivos, un sistema domótico se apoya en un conjunto de dispositivos que permiten obtener información sobre el entorno, los denominados sensores, y un conjunto de dispositivos que permiten alterar las condiciones de dicho entorno, los actuadores. El sistema evaluará los datos recogidos por los sensores y, con base en los objetivos previamente establecidos, empleará los actuadores para tratar de cambiar las condiciones del entorno del usuario.
Por su parte en el libro titulado “Inteligencia Artificial: Un Enfoque Moderno”, publicado el año 1996 por Russell y Norvig, se menciona que un agente es una entidad de software que puede actuar por sí mismo con el fin de alcanzar unos objetivos que se ha fijado inicialmente y además está caracterizado por una o varias cualidades tales como capacidad de razonamiento, percepción de su entorno y actuación con base a ciertas circunstancias, lo que configura la definición clásica que menciona “Agente es todo aquello que puede percibir su entorno mediante sensores y responder o actuar en el ambiente por medio de actuadores”. También, tiene la capacidad de actuar en forma proactiva, es decir, actúa sin necesidad de darle una orden y la habilidad de desplazarse de un lugar a otro, entre otras características. Wooldridge, Jennings y Kinny, en el libro publicado el año 1995 con el título “Metodología para el análisis y diseño orientado a agentes”, complementan mencionando que un agente es un sistema de computadora que está ubicado en algún ambiente, y está capacitado de acciones autónomas en este ambiente para cumplir sus objetivos planteados. La primera definición de agente más general dada por G.W. Lecky-Thompson es: “Un agente es una pieza de software que ejecuta una tarea dada usando información obtenida de su entorno para actuar de forma apropiada para completar la tarea exitosamente. El software debe ser capaz de adaptarse a sí mismo en base a los cambios que ocurren en su entorno, para que un cambio en circunstancias le permita aún obtener el resultado deseado”, definición que se menciona en la tesis doctoral de Pérez, publicada el año 2000 con el titulo “Sahara: Arquitectura de seguridad integral para sistemas de agentes móviles basados en Java”.
Marsá y sus colegas, en el artículo publicado el año 2004 con el título “Arquitectura para un sistema domótico basado en agentes”, presentan un modelo de vivienda inteligente que se apoya en el empleo de una serie de dispositivos distribuidos por todo el entorno. En función de las posibilidades de autonomía e inteligencia que ofrecen, condicionadas principalmente por su capacidad para incluir agentes, se puede dividir estos dispositivos en cuatro grupos bien diferenciados: (1) Sistema Central, que en el diseño particular se encuentra enlazado con la pasarela residencial, mencionado por Valtchev y Frankov, en el artículo publicado el año 2002 con el título “Arquitectura de servicio de puerta de enlace para una vivienda inteligente”. Contiene la plataforma que da soporte a los diferentes agentes que coexisten en la vivienda. Incluye los agentes de propósito general y de sistema, es decir, todos aquellos agentes que actúan a nivel global en la vivienda, sin estar asociados a un dispositivo sensor o actuador específico o a una localización concreta dentro de la vivienda. En general, el sistema central contiene los agentes de más alto nivel dentro de la vivienda, así como aquellos agentes que gobiernen dispositivos sin inteligencia, esto es, dispositivos domóticos que no tengan suficiente capacidad de proceso para incluir sus propios agentes. Si bien la fiabilidad del sistema central es crucial para el buen funcionamiento de los diferentes agentes distribuidos por la vivienda, cada uno de ellos dispone de un “modo seguro” de funcionamiento, que le permite ofrecer una funcionalidad adecuada aun en caso de pérdida de comunicación con el sistema central. (2) Dispositivos Personales. Cada usuario dispone de un dispositivo móvil y fácilmente portable, que contiene los agentes necesarios para identificar al usuario ante el sistema, localizarlo dentro del mismo y servirle los interfaces adecuados para los servicios a los que tenga acceso cuando sea necesario. Asimismo, cada dispositivo personal contiene la copia más actualizada de las preferencias del usuario. (3) Dispositivos con Agentes. Constituyen sensores y actuadores con cierto grado de autonomía, en general soportada a través de una máquina virtual Java empotrada. (4) Dispositivos sin Agentes. Sensores y actuadores sin autonomía ni inteligencia, gobernados por agentes que residen en el sistema central. Los dispositivos sin agentes dependen directamente del sistema central, con el que están enlazados mediante tecnología de bus estándar.
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