La vida de los enfermos de diabetes tipo 1, que dependen de inyecciones de insulina para tenerla controlada, puede volverse más fácil gracias al MiniMed 670G que fue aprobado para pacientes mayores de 14 años.
Se trata de una bomba de insulina que se conecta de forma inalámbrica con un sensor subcutáneo que mide el nivel de azúcar en la sangre, y que es capaz de ir inyectando las dosis necesarias de insulina de forma continua y automática sin que el paciente tenga que estar pendiente de ello.
Eso sí, sigue siendo necesario que estime la cantidad de hidratos de carbono que va a ingerir con las comidas para indicárselo a la bomba y que esta compense esa ingesta, igual que tienen que hacer ahora con los pinchazos. Además, según el fabricante, el algoritmo que gobierna su funcionamiento va aprendiendo cosas acerca del usuario con el tiempo, lo que le permite hacer ajustes mucho más finos que el habitual "si tiene tanto azúcar de más, hay que inyectar tal cantidad de insulina".
Los pacientes que participaron en el estudio clínico previo a su aprobación por parte de la autoridad sanitaria de EEUU (FDA) consiguieron bajar su nivel de A1C (hemoglobina glucosilada), un indicador a largo plazo del nivel de azúcar en sangre, y reducir en un 44 por ciento y en un 11 por ciento el tiempo que pasan con niveles bajos y altos de azúcar respectivamente frente a valores del modo manual.
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