Toto Actilite con Washlet (la mano robótica, por su traducción al español) es el nombre de un inodoro “ultramoderno” valuado en 12.500 dólares.
El precio del aparato justifica el nivel de higiene que ofrece. Cuando se apreta un botón, el inodoro desliza un brazo robótico por debajo de las partes íntimas del usuario y le ofrece una variedad de chorros de agua a distintas velocidades y ángulos, seguido de aire caliente.
Cuando la persona se levanta, el escusado cierra su tapa y se limpia automáticamente usando luces ultravioleta.
Tal vez sea “preocupante que un robot se acerque a los genitales”, pero Floyd Case, director para Reino Unido de Toto Europe, dice que “no hay nada que temer”.
Case explicó que “si quieres lavarte las partes íntimas, tienes un control remoto con dos opciones: lavado trasero o frontal, el cual a veces se llama ‘lavado para mujeres”. Entonces una varilla de robot sale de su cámara cerrada y libera un espray de “unas 70 gotitas de agua por segundo”. Se puede ajustar la posición de la mano robótica, la intensidad del agua y, por supuesto, la temperatura. También hay una función de secado para disparar agua caliente.
La cadena “electroliza” el agua, lo cual genera sales disueltas para producir una solución ligeramente ácida que mata las bacterias. Además, contiene luces ultravioleta que se activan cuando la tapa está cerrada e interactúan con una “superficie fotocatalítica” en el recipiente de cerámica para deshacer cualquier elemento biodegradable.
MÁS OPCIONES El Satis G-Type, fabricado por Lixil (otra firma japonesa) tiene muchas funciones similares, aunque prefiere el término “pulverizador” a “varilla”, y es algo más barato: cuesta unos 5 mil dólares.
Tiene conexión Bluetooth y que permite controlar sus funciones de lavado personal (espray, agua y presión del aire) usando la aplicación para celulares “My Satis”, la cual incluye un “diario de retrete” para realizar un seguimiento de los movimientos intestinales y así monitorear la salud.
Martin Mizutani, director de desarrollo de producto de Lixil Water Technology, dijo que operar un retrete Satis usando un smartphone implica completar un proceso de emparejamiento, que establece una conexión directa entre la taza de baño y un teléfono específico. “Entonces solo funciona cuando la tapa del retrete está abierta, mientras la aplicación “My Satis” puede ser usada por una sola persona cada vez. Esto evita que un tercero acceda al sistema en ese momento“.
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