¿Cómo funciona? Al igual que con las otras impresoras 3D, el robot Chef 3D se conecta a una computadora que le dice la pasta, la salsa o el queso a usar. Los cartuchos de la impresora se llenan con todos los ingredientes necesarios y la boquilla del robot los coloca en el orden preciso. En su artículo relacionado a este tema, el sitio Gizmodo explica que la razón de que la pizza sea uno de los primeros alimentos que se imprimen en 3D se debe a que su preparación funciona por capas, por lo que se adapta a la perfección al funcionamiento de la tecnología.
La historia del robot BeeHex es un poco curiosa. Si bien es cierto, la idea nació como un proyecto exclusivo de la NASA que, en sus orígenes contaba con un presupuesto de US $125.000 dólares para investigar cómo la impresión 3D podría ser utilizada para hacer alimentos en el espacio, otras compañías se ha adelantado y presentado prototipos similares. Recientemente, la Agencia Aeroespacial cerró su proyecto y comenzó una ronda de financiación de un millón de dólares para que cualquier compañía logre su despegue. La compañía de Beehex va a la delantera, aunque por ahora es un prototipo que esperan sacar al mercado en los próximos años.
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